lunes, 27 de agosto de 2012

VÍDEO DEL REALISMO


REALISMO


Origen del término

Aparece aplicado a la literatura hacia 1825 para referirse a la imitación por parte de los románticos de la naturaleza y al detalle descriptivo de algunos de sus novelistas. Más tarde, su significado se precisó para aplicarse a ciertos pintores como Gustave Courbet que, frente a los temas grandilocuentes y las escenografías aparatosas del Romanticismo, llevaban a sus lienzos sencillas escenas de la vida cotidiana; enseguida se aplicó el vocablo a las obras literarias animadas de un propósito análogo de recoger fieles testimonios de la sociedad de la época.
Hacia 1850 en Francia una serie de escritores y críticos presentan ya al realismo como una nueva estética alejada u opuesta a la romántica. En 1856 aparece una revista titulada precisamente Réalisme, que en uno de sus números dice:
El realismo pretende la reproducción exacta, completa, sincera, del ambiente social y de la época en que vivimos... Esta reproducción debe ser lo más sencilla posible para que todos la comprendan.

Descripción

He aquí sintetizados los rasgos esenciales del realismo, tanto en su orientación temática y enfoque como en sus preferencias estilísticas, aunque hay que hacer algunas precisiones: la reproducción exacta de la realidad toma a menudo como modelo los métodos de observación de las ciencias experimentales. Un gran crítico, Ferdinand Brunetière, señalaría más tarde, en 1883, que "el Realismo viene a ser en arte lo que el positivismo es en la Filosofía". Ya en 1843 Balzac se proponía estudiar la sociedad como un científico estudiaba la naturaleza. Y Baudelaire, en 1851, recomendaba: "Estudiad todas las úlceras como el médico que está de servicio en un hospital". Flaubert consultó tratados médicos para describir la muerte por envenenamiento de suMadame Bovary, y en general los novelistas se documentan rigurosamente sobre el terreno tomando minuciosos apuntes sobre el ambiente, las gentes, su indumentaria, o buscan en los libros los datos necesarios para conseguir la exactitud ambiental o psicológica.
Los escritores dejaron de centrarse en sí mismos y pusieron su interés en la sociedad, observando y describiendo objetivamente los problemas sociales, y para ello se valieron de un nuevo tipo de novela, la novela burguesa. En cuanto a la expresión, prefirieron un estilo más sencillo, sobrio y preciso, en el que adquirió relevancia la reproducción del habla coloquial, especialmente en los diálogos, es decir, adoptando los niveles de lenguaje adecuados a los personajes, que representaban todos los estratos sociales.
Se halla inscrito en un movimiento más amplio que afecta también a las artes plásticas, a la fotografía (que surge con el siglo XIX), y a la filosofía (positivismodarwinismomarxismométodo experimental). La estética del realismo, fascinada por los avances de la ciencia, intenta hacer de la literatura un documento que pueda servir de testimonio de la sociedad de su época. Por ello describe todo lo cotidiano y prefiere los personajes comunes y corrientes, basados en individuos reales de los que toma nota a través de cuadernos de observación, a los personajes extravagantes o insólitos típicos del Romanticismo. Esta estética propugna a su vez una ética, una moral fundamentada en la objetividad y el materialismo filosófico.
En cuanto a los procedimientos literarios del realismo, son característicos el uso de la descripción detallada y minuciosa, con enumeraciones y sustantivos concretos; el del párrafo largo y complejo provisto de abundante subordinación, la reproducción casi magnetofónica del habla popular, sin idealizarla, y un estilo poco caracterizado, un lenguaje «invisible» que caracterice personajes, hechos y situaciones objetivamente sin llamar la atención sobre el escritor.

Características

Ilustración de Los papeles del club Pickwick, de Charles Dickens, obra inaugural del realismo literario inglés. En la imagen aparece el señor Pickwick dirigiendo su extravagante club.
Los rasgos fundamentales del realismo son los siguientes:
  • Procura mostrar en las obras una reproducción fiel y exacta de la realidad.
  • Se opone al romanticismo en su rechazo de lo sentimental y lo trascendental; aspira, en cambio, a reflejar la realidad individual y social en el marco del devenir histórico.
  • Hace un uso minucioso de la descripción, para mostrar perfiles exactos de los temas, personajes, situaciones e incluso lugares; lo cotidiano y no lo exótico es el tema central, exponiendo problemas políticos, humanos y sociales.
  • El lenguaje utilizado en las obras abarca diversos registros y niveles de lenguaje, ya que expresa el habla común y se adapta a los usos de los distintos personajes, que son complejos, evolucionan e interactúan influyendo en otros.
  • Las obras muestran una relación mediata entre las personas y su entorno económico y social, del cual son exponente; la historia muestra a los personajes como testimonio de una época, una clase social, un oficio, etc.
  • El autor analiza, reproduce y denuncia los males que aquejan a su sociedad.
  • Transmite ideas de la forma más verídica y objetiva posible.

Evolución del realismo

Fiódor Dostoyevski, con Crimen y castigo y Los hermanos Karamazov, ahonda en la conciencia de los personajes, en lo que se ha dado en llamar novela psicológica, la gran aportación rusa al Realismo.
El conjunto de la obra novelística deBenito Pérez Galdós presenta un fresco de la sociedad española del siglo XIX equiparable al que planteó Balzac en suComedia humana para la francesa. DesdeLa desheredada, en 1881, sus novelas contemporáneas llegan al realismo pleno, a la vez que asumen algunos de los postulados del Naturalismo. Con Fortunata y Jacinta (1886-1887) alcanza el cénit de su arte.
Su nacimiento está ligado al ascenso, al afianzamiento de la burguesía y a la nueva sociedad urbana originada como consecuencia del desarrollo de laRevolución industrial y el consiguiente éxodo masivo del campo a las ciudades. La mesocracia o clase media preponderante, y progresivamente alfabetizada, impuso sus gustos en materia literaria, pues la mayor parte de los lectores pertenecían a esta clase.
El público estaba interesado, más que por lo lejano en el tiempo y espacio y lo exótico de los románticos, por los problemas próximos y cotidianos de la sociedad contemporánea, siempre presente a través del periodismo, que se desarrolla ampliamente en el siglo XIX después de haber nacido en el XVIII, y de la fotografía, nueva técnica que reproduce al detalle la realidad. En reacción contra el idealismo, se desarrolla el positivismo de Auguste Comte (su Sistema de filosofía positiva se publica en 1850), que rechaza la especulación pura y la metafísica; en Inglaterra domina el pensamiento empírico del utilitarismo (Jeremías BenthamJohn Stuart Mill) y el evolucionismo que Charles Darwin expone en su Origen de las especies (1859) pone de moda las ciencias naturales y la clasificación empírica de los hechos, haciendo notar que todos los seres humanos están encadenados al medio ambiente, que los moldea mediante la "adaptación al medio" en una "lucha por la vida" que provoca una "selección natural"; el filósofo Herbert Spencercrea con este fundamento el Evolucionismo social y cultural, al que se adhiere el mismo Comte. El experimentalismo se desarrolla con el fisiólogo francés Claude Bernard, quien publica en 1865 su método experimental aplicado a la medicina. Por último, se desarrolla una nueva ciencia, la genética, a partir de que el botánico austriaco Gregor Mendel publique en 1865 sus leyes de la herencia. Por otra parte, la izquierda hegeliana desacredita la religión (Ludwig Feuerbach) y las esperanzas de redención fuera de este mundo y, sobre todo Karl Marx, llama la atención sobre los condicionantes económicos y sociales de los pueblos o materialismo histórico y la lucha de clases y afirma que la realidad no debe ser teorizada, sino transformada.
La clase media empezó a notar los efectos beneficiosos del progreso, pero también los nuevos problemas a que daba lugar, hasta entonces desconocidos, como un cambio esencial de valores desde los tradicionales que dominaban en los ambientes rurales a los urbanos, más cínicos, individualistas y materialistas. Este contexto favoreció el realismo como estilo literario y la prosa narrativa como género dominante, puesto que permitía reconstruir la realidad de una forma flexible y alejada de retóricas pasadas y moldes fuera de uso y dejaba libertad al escritor para elegir temas, personajes y situaciones. Por eso la novela fue aumentando su popularidad gracias a su vinculación con la prensa periódica, vehículo a través del que se difundieron, por entregas, numerosas narraciones económicas que, de esa manera, llegaron a un público más amplio que nunca hasta entonces, gracias al abaratamiento de los materiales librarios de impresión y edición y la alfabetización masiva por parte del estado, una de las conquistas de las revoluciones burguesas, para garantizar en principio la igualdad ante la ley.
La libertad política y religiosa, la soberanía popular, el sufragio universal y las reivindicaciones sociales fueron motores que desde ese momento movilizaron en toda Europa a las masas de trabajadores y las impulsaron a participar en los acontecimientos políticos. Doctrinas como el socialismo y el marxismo tuvieron una rápida aceptación y contribuyeron a crear entre los obreros una viva conciencia de clase, que prendió con gran fuerza entre el proletariado urbano, surgido como consecuencia de la revolución industrial, sometido a condiciones de trabajo infrahumanas y que sobrevivía a duras penas en las ciudades. Cuando este proletariado adquirió conciencia de clase entró en pugna con la burguesía, que de ser clase revolucionaria que lucha contra el Antiguo Régimen pasó a ser clase dominante y conservadora.
El origen del realismo literario europeo hay que buscarlo en la literatura española medieval y la novela picaresca española y, en concreto, en la versión que configuró sobre esa tradición el novelista Miguel de Cervantes. El desmitificador modelo cervantino influyó poderosamente en la literatura europea posterior, pero el descrédito por el que pasó el género narrativo durante el siglo XVIII aplazó su influjo europeo hasta bien entrado el siglo XIX, salvo en el caso de Inglaterra, que en el siglo XVIII comenzó su propio realismo de la mano de Daniel DefoeSamuel Richardson o Henry Fielding, entre otros, y del que buena parte de los escritores realistas posteriores son deudores.
La novela realista europea viene a ser la épica de la clase media o burguesa que ha conseguido —a lo largo de sucesivas revoluciones que le han ido confiriendo cada vez mayor poder (178918201830 y 1848)—, instalarse como clase dominante en todos los aspectos de la vida, incluido el cultural y el estético. Los ideales burgueses (materialismo, utilitarismo, búsqueda del éxito económico y social) irán apareciendo en la novela poco a poco, y en su fase final también irán apareciendo algunos de sus problemas internos (el papel de la mujer instruida y sin embargo desocupada; el éxodo del campo a la ciudad y la mutación de valores subsecuente, por ejemplo). Por otra parte, cuando se vayan reiterando y agotando los temas relativos a la burguesía, la descripción realista irá penetrando en otros ámbitos y dejará la mera descripción externa de las conductas para pasar a la descripción interna de las mismas, transformándose en novela psicológica y generando procedimientos narrativos introspectivos como el monólogo interior y elestilo indirecto libre. Todo ello posibilitó la aparición de movimientos en cierta manera opuestos, como el espiritualismo, por un lado, visible en la última etapa de narradores realistas como Benito Pérez GaldósFiódor Dostoievski y León Tolstói, y el naturalismo, por otro, que exageraba los contenidos sociales, documentales y científicos del realismo, aproximándose a la descripción de las clases humildes, marginadas y desfavorecidas. Los autores tratarán de ofrecer personajes y situaciones comunes, lo que convierte a la obra literaria en una fuente de primer orden para el conocimiento del pasado histórico, aún teniendo en cuenta las precauciones que deben tomarse para un uso documental de las fuentes literarias.
En Francia fueron escritores realistas Henri Beyle StendhalHonoré de Balzac y Gustave Flaubert. En el Reino Unido destaca Charles Dickens; enRusia León Tolstói y Fiódor Dostoyevski. En Estados UnidosMark Twain; en Chile Alberto Blest Gana, en España Benito Pérez GaldósLeopoldo Alas Clarín y Emilia Pardo Bazán. Portugal cuenta con Eça de Queiroz. En Italia, el movimiento se denominó verismo y tiene a su más caracterizado representante en Giovanni Verga. En cuanto a la literatura escrita en alemán, es un movimiento de este sesgo el llamado Biedermeier y pueden considerarse realistas los novelistas suizos Albert Bitzius (que utilizaba el seudónimo Jeremías Gotthelf), Gottfried KellerConrad Ferdinand Meyer, el austríaco Adalbert Stifter y los alemanes Friedrich Hebbel (dramaturgo), Theodor StormTheodor FontaneGustav Freytag y Wilhelm Raabe, aunque esta estética todavía continuó renovándose durante el siglo XX a través de la obra literaria de Thomas Mann.

Descomposición del realismo literario

Al final de su evolución, agotados sus presupuestos iniciales y sin variedad alguna ya sus obras artísticas, el realismo literario se descompone en diversas corrientes que renuevan sus principios, bien seleccionando y desarrollando una de sus ramas, bien exagerándolos, bien rehuyéndolos y adoptando los principios opuestos, bien contaminándolos y mezclándolos con los principios opuestos. La novela psicológica desarrolla una rama del realismo: agotada la descripción física y material de los entornos, el novelista se centra en los personajes, cuya psicología es lo único ya que le interesa y se fuerza en reconstruir mediante técnicas como el monólogo interior. En segundo lugar, exagera y sistematiza sus principios el naturalismo, cuyos presupuestos expone el escritor francés Émile Zola hasta el punto de reducir la novela a un documento social, a una instantánea. Rehuye los principios del realismo el espiritualismo, al cual le interesa todo aquello que detesta el realismo: la religión, el espíritu, el alma de las personas, lo tradicional, lo campesino... A esta corriente llegan al final de su periplo realista escritores como Tolstoy y Galdós. Por último, mezclan realismo y romanticismo los escritores del posromanticismo.

VIDEO DEL ENSAYO


EL ENSAYO


Definición y origen del ensayo

El ensayo consiste en la interpretación o explicación de un tema —humanístico, filosófico, político, social, cultural, deportivo, por tomar algunos ejemplos—, sin que sea necesariamente obligado usar un aparato documental, es decir, de manera libre, asistemática y con voluntad de estilo. Se trata de un acto de habla perlocutivo.
Un ensayo es una obra literaria breve, de reflexion subjetiva, en la que el autor trata de una manera personal, no exhaustiva, y en la que muestra —de forma más o menos explícita— cierta voluntad de estilo. Esto último propone crear una obra literaria, no simplemente informativa.
Sólo en la edad contemporánea ha llegado a alcanzar una posición central.
En la actualidad está definido como género literario, debido al lenguaje muchas veces poético y cuidado que usan los autores, pero en realidad, el ensayo no siempre podrá clasificarse como tal. En ocasiones se reduce a una serie de divagaciones y elucubraciones, la mayoría de las veces de aspecto crítico, en las cuales el autor expresa sus reflexiones acerca de un tema determinado o, incluso, sin tema alguno.
Ortega y Gasset lo definió como «la ciencia sin la prueba explícita». Alfonso Reyes, por otra parte, afirmó que «el ensayo es la literatura en su función ancilar» —es decir, como esclava o subalterna de algo superior—, y también lo definió como «el Centauro de los géneros». El crítico Eduardo Gómez de Baquero —más conocido como Andrenio— afirmó en 1917 que «el ensayo está en la frontera de dos reinos: el de la didáctica y el de la poesía, y hace excursiones del uno al otro». Y por su parte Eugenio D'Ors lo definió como la «poetización del saber».
Su origen se encuentra en el género epidíctico de la antigua oratoria grecorromana, y ya Menandro el Rétor, aludiendo al mismo bajo el nombre de «charla», expuso algunas de sus características en sus Discursos sobre el género epidíctico:
  • Tema libre (elogio, vituperio, exhortación).
  • Estilo sencillo, natural, amistoso.
  • Subjetividad (la charla es personal y expresa estados de ánimo).
  • Se mezclan elementos (citas, proverbios, anécdotas, recuerdos personales).
  • Sin orden preestablecido (se divaga), es asistemático.
  • Extensión variable.
  • Va dirigido a un público amplio.
  • Conciencia artística.
  • Libertad temática y de construcción.
El ensayo, a diferencia del texto informativo, no posee una estructura definida ni sistematizada o compartimentada en apartados o lecciones, por lo que ya desde el Renacimiento se consideró un género más abierto que el medieval tractatus o que la suma, y se considera distinto a él también por su voluntad artística de estilo y su subjetividad, ya que no pretende informar, sino persuadir o convencer.
Utiliza la modalidad discursiva expositivo-argumentativa y un tipo de «razonamientos blandos» que han sido estudiados por Chaïm Perelman y Lucie Ollbrechts-Tyteca en su Tratado de la argumentación.
A esto convendría añadir que en el ensayo existe además, como bien ha apreciado el crítico Juan Marichal, una «voluntad de estilo», una impresión subjetiva que es también de orden formal.
Otros géneros didácticos emparentados con el ensayo son:

Historia del ensayo

Las Cartas a Lucilio (de Séneca) y los Moralia (de Plutarco) vienen a ser ya prácticamente una colección de ensayos, pero el desarrollo moderno y más importante del género ensayístico vino sobre todo a partir de los Essais (1580) del escritor renacentista francés Michel de Montaigne, aunque sus últimos precedentes hay que buscarlos en el género epidíctico de la oratoria clásica.
En España el género aparece, con el antecedente en el siglo XVI de Fray Antonio de Guevara y en el XVII de Francisco Cascales Cartas filológicas y Juan de Zabaleta Errores celebrados, a principios del siglo XVIII con el Teatro crítico universal, y las Cartas eruditas y curiosas del padre Benito Jerónimo Feijoo, pero solamente tomará la denominación propia de ensayo a mediados del siglo XIX y sólo empezarán a escribir ensayos propiamente dichos la Generación del 98 y sus sucesores.

Estructura

La estructura del ensayo es sumamente flexible, ya que toda sistematización es ajena a su propósito esencial, que es deleitar mediante la exposición de un punto de vista que no pretende agotar un tema, como sí haría (y sistemáticamente) el género literario meramente expositivo del tratado; por eso estas indicaciones son meramente orientativas.

Introducción

Es la que expresa el tema y el objetivo del ensayo; explica el contenido y los subtemas o capítulos que abarca, así como los criterios que se aplican en el texto, es el 10% del ensayo y abarca más o menos 6 renglones.
Esta parte constituye la presentación del tema sobre el que el autor va a desarrollar su propio punto de vista, así como de las razones por las cuales considera importante aproximarse a dicho tema. Además, esta parte puede presentar el problema que plantea al tema al cual vamos a abocar nuestros conocimientos, reflexiones, lecturas y experiencias. Si este se plantea, entonces el objetivo del ensayo será presentar nuestro punto de vista sobre dicho problema (su posible explicación y sus posibles soluciones). La mayoría de las veces, sin embargo, el ensayo plantea un tema bastante genérico como para adentrarse en él con toda la libertad del que divaga con sus opiniones y creencias, pero paseando a través de un territorio desconocido.

Desarrollo

Contiene la exposición y análisis del mismo, se plantean las ideas propias y se sustentan con información de las fuentes necesarias: libros, revistas, Internet , entrevistas y otras. Constituye el 80% del ensayo. En él va todo el tema desarrollado, utilizando la estructura interna: 60% de síntesis, 10% de resumen y 10% de comentario.
Se sostiene la tesis, ya probada en el contenido, y se profundiza más sobre la misma, ya sea ofreciendo contestaciones sobre algo o dejando preguntas finales que motiven al lector a reflexionar.

Conclusión

En este apartado el autor expresa sus propias ideas sobre el tema, se permite dar algunas sugerencias de solución, cerrar las ideas que se trabajaron en el desarrollo del tema y proponer líneas de análisis para posteriores escritos.
Esta última parte mantiene cierto paralelismo con la introducción por la referencia directa a la tesis del ensayista, con la diferencia de que en la conclusión la tesis debe ser profundizada, a la luz de los planteamientos expuestos en el desarrollo.

Lógica en el ensayo

La lógica es crucial en un ensayo y lograrla es algo más sencillo de lo que parece: depende principalmente de la organización de las ideas y de la presentación. Para lograr convencer al lector hay que proceder de modo organizado desde las explicaciones formales hasta la evidencia concreta, es decir, de los hechos a las conclusiones. Para lograr esto el escritor puede utilizar dos tipos de razonamiento: la lógica inductiva o la lógica deductiva.
De acuerdo con la lógica inductiva el escritor comienza el ensayo mostrando ejemplos concretos para luego deducir de ellos las afirmaciones generales. Para tener éxito, no sólo debe elegir bien sus ejemplos sino que también debe presentar una explicación clara al final del ensayo. La ventaja de este método es que el lector participa activamente en el proceso de razonamiento y por ello es más fácil convencerle.
De acuerdo con la lógica deductiva el escritor comienza el ensayo mostrando afirmaciones generales, las cuales documenta progresivamente por medio de ejemplos bien concretos. Para tener éxito, el escritor debe explicar la tesis con gran claridad y, a continuación, debe utilizar transiciones para que los lectores sigan la lógica/argumentación desarrollada en la tesis. La ventaja de este método es que si el lector admite la afirmación general y los argumentos están bien construidos generalmente aceptará las conclusiones.

SOR JUANA INES DE LA CRUZ


EL POEMA DE SOR JUANA INES DE LA CRUZ

HOMBRES NECIOS: SOR JUANA INES DE LA CRUZ 
Hombres necios que acusáis
a la mujer sin razón,
sin ver que sois la ocasión
de lo mismo que culpáis:
si con ansia sin igual
solicitáis su desdén,
¿por qué queréis que obren bien
si la incitáis al mal?
Cambatís su resistencia
y luego, con gravedad,
decís que fue liviandad
lo que hizo la diligencia.
Parecer quiere el denuedo
de vuestro parecer loco
el niño que pone el coco
y luego le tiene miedo.
Queréis, con presunción necia,
hallar a la que buscáis,
para pretendida, Thais,
y en la posesión, Lucrecia.
¿Qué humor puede ser más raro
que el que, falto de consejo,
él mismo empaña el espejo,
y siente que no esté claro?
Con el favor y desdén
tenéis condición igual,
quejándoos, si os tratan mal,
burlándoos, si os quieren bien.
Siempre tan necios andáis
que, con desigual nivel,
a una culpáis por crüel
y a otra por fácil culpáis.
¿Pues como ha de estar templada
la que vuestro amor pretende,
si la que es ingrata, ofende,
y la que es fácil, enfada?
Mas, entre el enfado y pena
que vuestro gusto refiere,
bien haya la que no os quiere
y quejaos en hora buena.
Dan vuestras amantes penas
a sus libertades alas,
y después de hacerlas malas
las queréis hallar muy buenas.
¿Cuál mayor culpa ha tenido
en una pasión errada:
la que cae de rogada,
o el que ruega de caído?
¿O cuál es más de culpar,
aunque cualquiera mal haga:
la que peca por la paga,
o el que paga por pecar?
Pues ¿para qué os espantáis
de la culpa que tenéis?
Queredlas cual las hacéis
o hacedlas cual las buscáis.
Dejad de solicitar,
y después, con más razón,
acusaréis la afición
de la que os fuere a rogar.
Bien con muchas armas fundo
que lidia vuestra arrogancia,
pues en promesa e instancia
juntáis diablo, carne y mundo. 

jueves, 16 de agosto de 2012

la madrea josefa del castilo


MADRE JOSEFA DEL CASTILLO
 http://t3.gstatic.com/images?q=tbn:ANd9GcTxb4oEV7Jn1ZaNaY7fikivnntxzu_nGGrpYiRHaTWDuI0tV-BB 
 Monja clarisa, escritora mística, nacida en Tunja, probablemente el 6 de octubre (día del bienaventurado San Bruno) de 1671, muerta en la misma ciudad, en 1742, se ignora el día preciso. Hija legítima del licenciado jurista don Francisco Ventura de Castillo y Toledo, oriundo de la villa de Illescas, circunscripción del arzobispado de Toledo, en Castilla la Nueva, y de doña María Guevara Niño y Rojas, natural de Tunja, pero de origen vasco, Francisca Josefa de Castillo Toledo Guevara Niño y Rojas provenía de una hidalga, acomodada y piadosa familia, temerosa de Dios. Don Francisco vino al Nuevo Reino con el cargo de teniente de corregidor de la ciudad de Tunja y alcalde mayor de minas, nombrado por el rey; cargo del cual se posesionó el 5 de junio de 1661. Hombre de lecturas, de afable condición y humanitario, dadivoso y austero, Francisca Josefa era su hija predilecta. Doña María, por su parte, era una mujer de probada humildad y paciencia ejemplar, y fue quien se encargó de la educación de Francisca Josefa. La menor de cuatro hijos (según otras versiones, la quinta de nueve hijos), sus hermanos fueron: Pedro Antonio Diego, encomendero de Paipa; Catalina, casada con el gobernador José de Enciso y Cárdenas; y otra hermana de nombre desconocido, casada con un señor de apellido Camacho. Francisca Josefa nació de un parto difícil, durante el cual el padre jesuita Diego Solano auxilió a su madre. Inmediatamente después, el padre Solano bautizó a la niña, con los nombres de mi padre San Francisco y San José, probablemente en la parroquia de Las Nieves, aunque no se ha encontrado la partida de bautismo. La niña, de complexión endeble y enfermiza, estuvo a punto de morir cuando tenía 15 ó 20 días de nacida. La curó un tío sacerdote, quien posteriormente fue el único miembro de su familia que no se opuso a su entrada al convento. En su autobiografía, Francisca Josefa cuenta que, siendo aún niña, se le dio el don de lágrimas [... ] Decían que cuando apenas podía andar, me escondía a llorar lágrimas [...] tuve siempre una grande y como natural inclinación al retiro y soledad; tanto que, desde que me puedo acordar, siempre huía la conversación y compañía, aun de mis padres y hermanos. Así, desde la infancia se manifiesta en Francisca Josefa esa profunda melancolía que la caracterizó durante su vida; igualmente, desde sus primeros años aparece, rodeada de importancia, la figura de los sacerdotes que la orientarán siempre. Francisca Josefa aprendió los rudimentos de la lectura y la escritura con su madre, y después continuó su aprendizaje por cuenta propia. Doña María solía leerles a sus hijos los libros de Santa Teresa de Jesús, que causaron gran impresión en la imaginación de Francisca. Cuando la madre enfermó, Francisca se aficionó a la lectura de comedias y novelas, que después llamó' peste de almas. También aprendió a tocar el órgano.
Cuando tenía 12 años, un pariente la requirió en amores y despertó en ella el interés por la vida mundana; pero ante la desaprobación de su padre, Francisca Josefa se llenó de culpa y arrepentimiento, y comenzó a practicar terribles penitencias. En sus años de juventud, ella fue, a veces, una joven graciosa y elegante, cortejada por diferentes pretendientes, y otras veces, una joven penitente, asaltada por sueños y visiones aterradoras. A los 14 años, recibió el sacramento de la confirmación, apadrinada por el padre jesuita Pedro Calderón, rector del colegio de la Compañía de Jesús en Tunja. Retirada en la casa de campo de su familia, se dedicó a leer los Ejercicios espirituales de San Ignacio de Loyola y un libro de oración llamado Molina seguramente los Ejercicios espirituales de las excelencias, provecho y necesidad de la oración mental..., del padre Antonio de Molina. Durante esta época, el padre Calderón, su confesor entre 1688 y 1689, intercedió ante el padre de Francisca Josefa para que, cuando viniera a la ciudad, le permitiera salir a oír misa y comulgar. Por estos años, se avivó en Francisca el deseo de hacerse monja, pero no sin experimentar, al mismo tiempo, un gran sentimiento de repulsión, alimentado especialmente por la oposición de su familia. Finalmente, al cumplir los 18 años, en 1689, ingresó al Real Convento de Santa Clara, de Tunja, el primero de religiosas en la Nueva Granada, fundado en 1572 por Francisco Salguero, encomendero de Mongua, casado con doña Juana Macías de Figueroa, tía transbisabuela de Francisca Josefa. Cuatro meses más tarde murió su padre, acontecimiento que ella presintió mientras hacía retiros espirituales. En el convento, Francisca Josefa encontró un ambiente envenenado, fue en busca de paz -dice Antonio Gómez Restrepo- y halló ruda contradicción. Seglaras y novicias la maltrataban e insultaban y la acusaban de haber introducido al convento el demonio de la discordia; reinaba allí la envidia y la malevolencia, el chisme y el desprecio. Sus compañeras no podían entender la excitación interior e intelectual de Francisca Josefa, la consideraban loca y endemoniada, y la miraban con desconfianza. Por otra parte, a su ingreso al convento Francisca Josefa padeció una terrible miseria; llegó a comer flores para mitigar el hambre y tuvo que mendigar la hospitalidad de una monja que la dejó quedarse en su celda. Por este tiempo, recibió el beneficio de entender el latín, aunque no lo sabía ni leer bien; esto le abrió las puertas de la Biblia, que llegó a ser, en palabras de Gómez Restrepo, no una de sus obras predilectas, sino su libro único y por excelencia; libro que iluminó su corazón, dirigió su voluntad, puso en actividad sus facultades de escritora y formó su estilo, enriqueciéndolo con inmenso caudal de expresiones, símiles e imágenes. Respecto a su conocimiento infuso del latín, anota Gómez Restrepo: Si prescindimos de la explicación sobrenatural, siempre tendremos que reconocer un milagro de inteligencia de la monja que supo aprovechar los escasos elementos que dentro del monasterio podía hallar para el aprendizaje de la lengua de los libros santos, y con el aguijón del deseo, llegó en poco tiempo a dominarla.
En 1691 Francisca Josefa inició su período de novicia, prolongado irregularmente hasta el 23 de septiembre de 1694, cuando, a la edad de 23 años, hizo su profesión de monja, con el nombre de Francisca Josefa de la Concepción. Este mismo año, su confesor entre 1690 y 1695, el padre Francisco de Herrera, le mandó que escribiera los sentimientos que el señor le inspiraba; así nacieron los Afectos espirituales. Por este tiempo, Francisca Josefa compró su propia celda, que tenía una tribuna con vista sobre la capilla y, por el otro lado, daba sobre un huerto con árboles frutales y pajaritos. La madre Francisca Josefa de Castillo se desempeñó como sacristana, portera, enfermera, maestra de novicias, escucha, secrefaria y gradera. Tres veces fue electa abadesa: en 1716, 1729 y 1738 (según otras fuentes, fue cuatro veces abadesa: en 1715, 1718, 1729 y 1738), siempre en medio de acalorados debates que involucraban tanto a las monjas del convento como a los vecinos de la ciudad. Por lo demás, su mundo, en palabras de uno de sus más consagrados estudiosos, Darío Achury Valenzuela, era una tela de sus sueños y ensueños, de sus visiones y deliquios, de sus dolencias y consuelos, de sus raptos y evasiones; tenue tela a cuya trasluz se columbran, sobre un fondo de bronca realidad, los menudos episodios de su vida de claustro: reprensiones de abadesas, chismes de recoletas, desquites de prioras, hablillas de profesas, denuestos de torneras, consejas de criadas, lesbianos susurros de "amistades particulares", reprimendas de confesores, que en vano intentan poner paz en aquel mundillo revuelto de hábitos y tocas, de birretes y sobrepellices; y por donde en la alta noche, se escurrían demonios, trasgos y duendes, conturbando los castos sueños de la tropa monjil. Todo esto entreverado con una accidentada historia clínica de desmayos, angustias, sobresaltos, alergias, psicosis, afecciones cardíacas, mareos, trasudores nocturnos, cefalalgias, desarreglos gástricos, viruelas, peste, paroxismos. La Madre Castillo sólo encontraba consuelo en la lectura y en la escritura, y en sus confesores, quienes la guiaban, la animaban, le proporcionaban literatura mística y revisaban sus "papeles", como ella llamaba a sus escritos, para certificar que eran de inspiración divina y no provenían del maligno. En 1696, la Madre Castillo entró en un período de supensiones, deliquios y enajenamientos, que se prolongó hasta 1710. Su vida era una sucesión de raptos místicos, seguidos de dolores corporales y de un agotamiento general.
En 1699, con licencia del arzobispo fray Ignacio de Urbina, llevó al convento a su madre ciega y paralítica, lo que le atrajo nuevas críticas y envidias; dos años después, su madre murió. Por este tiempo, leyó la vida de la florentina Santa María Magdalena de Pazzis, con quien se identificó. También quiso trasladarse al convento del Carmen, para seguir una regla más austera, pero sus confesores la disuadieron. En 1716, la Madre Castillo terminó la primera parte de sus Afectos espirituales y, posiblemente, inició la redacción del relato autobiográfico que tituló Su vida. Como abadesa, y con la ayuda de su hermano, quien se hizo cargo de la Sindicatura, logró sacar de la quiebra el convento. En 1724 reanudó la redacción de los Afectos. Hacia 1738 Catalina, su hermana viuda, como antes su madre, entró al convento y allí murió, después de una dolorosa enfermedad que duró cuatro meses; su muerte le fue anunciada a la Madre Castillo, tres días antes. De sus últimos años, queda una carta, fechada en 1741, en la cual la Madre Castillo le pedía al vicario del convento, don Francisco Caycedo y Aguilar, permiso para conservar el producto de la renta de su herencia paterna, para usarlo en alguna cosa para la sacristía que sea conveniente y decente. Con la autorización del vicario la Madre Castillo terminó gastando este dinero en la fabricación de una custodia, encargada a Nicolás de Burgos, orfebre de Santafé, conocida hoy como la Custodia de los Andes y propiedad del Banco de la República. Además, quedan algunas cartas de sus entrañables confesores, quienes se sucedieron en la labor de aconsejar y apoyar a esta "monja del cielo", como la llamó el padre Diego de Moya, su último confesor; y a quienes debemos, en buena parte, la sobrevivencia de los "papeles" que Francisca Josefa quiso en múltiples ocasiones quemar, asaltada por la duda sobre la inspiración divina o maléfica de ellos, o por la certeza de su aridez espiritual. La Madre Castillo murió en 1742, a la edad de 71 años, asistida por el padre Diego de Moya. Este prelado predicó en sus funerales (lo que ella había pronosticado dos años antes), certificó la autenticidad de sus escritos y dio testimonio de que su cuerpo fue encontrado incorrupto al año de enterrada. En cuanto a su obra, la Madre Castillo dejó un relato autobiográfico, Su vida; 196 composiciones en prosa, Los Afectos espirituales, escritos a lo largo de su vida; unos pocos poemas y otros escritos breves.
Según María Teresa Cristina, tanto en Ja Vida como en los Afectos la religiosa explaya prolijamente sus prácticas ascéticas y sus experiencias místicas que la llevan desde la "noche oscura" poblada de visiones terroríficas, de toda clase de tormentos corporales (enfermedades, dolores, desmayos) y de tribulaciones, a través de los diferentes grados de la vía purificativa, en línea ascendente, por la vía iluminativa hasta lo más alto de la contemplación, hasta la unión transformante en que el alma desasida de todo sólo desea a Dios. Ambas obras presentan intensas experiencias psicológicas acompañadas de fenómenos extraordinarios y sobrenaturales; el estilo busca entonces hacer sensible la rica experiencia interior, traducir un estado anímico en movimiento, continuamente fluctuante: surgen las series de imágenes y metáforas, el yo ahonda en sí mismo, se desdobla en apelaciones, advertencias, entabla diálogo con su alma y con Cristo [...] Los Afectos constituyen su biografía espiritual (...] especie de diario íntimo en que la monja intenta expresar su atormentada interioridad [...] jalonados de citas bíblicas, no son con frecuencia sino paráfrasis y amplificaciones de los textos sagrados. La Madre Castillo escribió en lo que tuvo a mano: sobres, libros de cuentas del convento y hasta un libro viejo de cuentas de su cuñado, el gobernador José Enciso, conocido por esta razón como Cuaderno de Enciso. Sus manuscritos originales se conservaron en el convento de Santa Clara, en Tunja, hasta 1813, cuando fueron entregados a su sobrino Antonio María del Castillo y Alarcón. Después de comprobar la autenticidad de estos escritos, el sobrino hizo tres copias, una de las cuales presentó a Ja autoridad eclesiástica para su autorización. El arzobispo Manuel José Mosquera y el provisor general del Arzobispado de Santafé de Bogotá, presbítero Antonio Herrán, concedieron 120 días de indulgencia a la lectura de cada Afecto y 100 días más por cada cuarto de hora que se le dedicara. Más tarde, en 1817, Castillo imprimió en Filadelfia, en Las prensas de T.H. Palmer, la primera edición de La Vida de La Madre Castillo. En 1843 editó la primera parte de los Afectos, bajo el título de Sentimientos espirituales, en la imprenta de Bruno Espinosa de los Monteros. Sólo hasta 1942 se volvieron a editar Ja Vida y la primera parte de los Afectos, y se hizo la primera edición de la segunda parte de éstos. Los manuscritos originales se conservan hoy en la Biblioteca Luis Ángel Arango. En 1940 ocurrió un simpático incidente: Antonio Gómez Restrepo reprodujo en su Historia de la literatura colombiana, entre otras poesías de la Madre Castillo, tres poesías tomadas de una de las tres copias de las obras completas que el sobrino había hecho en 1816. En julio de 1941, en la revista Ábside de México, en un artículo titulado "Un libro de Gómez Restrepo y una triple restitución de Sor Juana Inés de la Cruz", el crítico Alfonso Méndez Plancarte demostraba que estos tres textos eran de autoría de Sor Juana, probablemente adaptados y transcritos por la Madre Castillo en las páginas de su Cuaderno de Enciso. En cuanto a la apreciación de la obra de la Madre Castillo, José María Vergara y Vergara, en su Historia de la literatura de la Nueva Granada (1867), la llamó el escritor más notable que poseemos. Casi un siglo después, Antonio Gómez Restrepo la incluyó entre los cuatro escritores de primer orden que produjo la América española durante la Colonia, al lado de Juan Ruiz de Alarcón, Sor Juana Inés de la Cruz y el Inca Garcilaso de la Vega. Sin embargo, la obra y la persona de la Madre Castillo permanecen en la sombra dentro de nuestras letras. Según Elisa Mújica, una de las estudiosas de la Madre Castillo, habría que concluir que la displicencia en torno a una personalidad semejante, de lo que nace quizá es de la impermeabilidad ambiental al tema de la mística. En todo caso, en palabras de Daniel Samper Ortega, puede proclamarse sin errar que, santa o histérica, ninguna mujer americana tuvo un alma tan sensible, tan elevada y rica, tan capaz de convertir en realidad para sí misma lo que soñaba, si acaso todo aquello no pasó de ser un sueño, un sueño que llenó toda una vida", que la Madre Francisca Josefa de Castillo y Guevara. 

miércoles, 15 de agosto de 2012

sitio web sobre el bullying

http://www.bastadebullying.com/

imagenes sobre el bullying

vídeo sobre el bullying


ensayo del bullying



El bullying es el termino en ingles utilizado para definir el" acoso escolar", es muy común en las escuelas y este es un problema mundial; pero, si es tan común, ¿Qué clase de control se tiene sobre este problema?; al parecer es un tema bastante difícil de controlar, pero no imposible. Las instituciones deben contar con un sistema psicológico altamente calificado para que puedan detectar esta clase de inconvenientes antes de que estos provoquen daños tanto físicos como emocionales en las victimas; los cuales varían desde bloqueo social, hostigamiento, manipulación, coacciones, exclusión social, intimidación, agresiones y hasta amenazas. La prevención sería una solución ideal, la misma que debe comenzar en casa, y así los conflictos escolares sean más fáciles de solucionar por parte de los guías institucionales.

El maltrato psicológico, verbal o físico que los estudiantes sufren, caracterizan a este problema social, siendo este un abuso de forma reiterada en el cual tanto el atacante como el atacado necesitan superar una psicológica. El acoso escolar es muy común, especialmente en las escuelas y teniendo este mayor índice en niños entre 12 y 13 años y aún más en las niñas. Esta patología se inicia en el atacante el cual busca sobresalir: es la falta de atención lo que lo induce a esto, tratará de superarse a sí mismo desvalorizando a los demás para   de esta forma volverse dominante y “respetable”. A su vez este atacante, provocará en la victima un trastorno emocional, el mismo que traerá consecuencias: como que no quiera ir   a la escuela, a una gran depresión, incluso hasta el suicidio. Los niños violentos suelen tener cómplices o pertenecer a un grupo de atacantes, esto se debe a la falta de autoridad y malos valores infundidos en ellos.

imagen

pelicula de amalia

http://www.youtube.com/watch?v=PQcUMfQPjzQ

amalia


Una de las primeras obras literarias de Argentina es la novela Amalia, que ha sido señalada como la más importante de Sudamérica del siglo XIX. Aparte de su calidad literaria, Amalia nos sirve para retratar una época y los folletines en Argentina.
Amalia fue escrita por José Mármol, un unitario que luchó contra la dictadura de Juan Manuel de Rosas desde las letras. Amalia por eso mismo está imbuida del clima de la época, ya que tiene un fuerte mensaje político. Mármol narra una historia ágil con situaciones dramáticas y toques de humor, en un estilo folletinesco. El autor hace un minucioso retrato de la época. El hilo conductor de este folletín son las peripecias de Amalia y Eduardo Belgrano durante el régimen de Rosas.[pic]
La obra fue escrita por Mármol en sus años de exilio en Montevideo. En esa época José Mármol redactaba un periódico político y literario llamado La Semana, que fue publicado entre abril de 1851 y febrero de 1851. Así fue como publicó su novela Amalia, por entregas en el suplemento literario del periódico. La novela luego fue recogida en dos tomos, uno de 366 páginas con las entregas hasta diciembre de 1851, y otro de 38 páginas con las entregas hasta febrero. El periódico dejó de publicarse el 9 de febrero de 1852 tras la noticia de la derrota de Rosas a manos de Justo José Urquiza, en la batalla de Monte Caseros. Este acontecimiento le ayudó a escribir el final de la novela, según dijo el mismo Mármol: “con mejores detalles sobre el mes de octubre de 1840”. La novela estaba ambientada en una época anterior, o sea en los años 40 del siglo XIX que fue en la época que Mármol vivió en Buenos Aires antes de exiliarse en Montevideo.
Amalia fue como un manifiesto contra la dictadura de Rosas, y una vez caído este, Mármol decidió convertirla en un recordatorio. Entonces añadió lo siguiente: “Hoy, que están en nuestro poder, insertamos en el texto de la obra, que se conservaba inédita, una pequeñísima parte de ellos,