martes, 27 de mayo de 2014

Divina Comedia

Divina Comedia

La Divina Comedia (en italianoDivina Commedia) es un poema escrito por Dante Alighieri. Se desconoce la fecha exacta en que fue escrito aunque las opiniones más reconocidas aseguran que el Infierno pudo ser compuesto entre 1304 y 1307 o 1308, el Purgatoriode 1307 o 1308 a 1313 o 1314 y por último, el Paraíso de 1313 o 1314 a 1321, fecha del fallecimiento del poeta. Libro más famoso de su autor, es una de las obras fundamentales de la transición del pensamiento medieval (teocentrista) al renacentista (antropocentrista). Es considerada la obra maestra de la literatura italiana y una de las cumbres de la literatura universal. Se considera por tanto que la redacción de la primera parte habría sido alternada con la redacción del Convivium y De Vulgari Eloquentia, mientras que De Monarchia pertenecería a la época de la segunda o tercera etapa, a la última de las cuales hay que atribuir sin duda la de dos obras de menor empeño: la Cuestión del agua y la tierra y las dos églogas escritas en respuesta a sendos poemas de Giovanni del Virgilio.

Infierno

La primera parte narra el descenso del autor al Infierno, acompañado por el poeta latino Virgilio, autor de la Eneida, a quien Dante admiraba. Acompañado por su maestro y guía, describe al infierno que tenía una forma de un cono con la punta hacia abajo y los nueve círculos que poseía en los que los condenados son sometidos a castigo, según la gravedad de los pecados cometidos en vida, en el último círculo "judesco", Dante describe que había una especie de palacio en el cual se hallaban los que traicionaban a sus bienhechores y allí se encontraba Lucifer. Él lo describe como un demonio de tres cabezas y dentro de la boca de la principal se hallaba Judas, al cual mordía con sus filosos colmillos como un juguete, mientras este gritaba de dolor.
Dante encuentra en el Infierno a muchos personajes antiguos, pero también de su época, y cada uno de ellos narra su historia brevemente a cambio de que Dante prometa mantener vivo su recuerdo en el mundo; cada castigo se ajusta a la naturaleza de su falta y se repite eternamente. Es particularmente recordada la historia de Paolo y Francesca, amantes adúlteros que se conocieron al leer en el libro de Lanzarote, los amores de la reina Ginebra y esta persona, que fue motivo de inspiración y homenaje por poetas románticos y contemporáneos, así como la historia del conde Ugolino da Pisa, el último viaje de Ulises, tránsito por el bosque de los suicidas, la travesía del desierto donde llueve el fuego y la llanura de hielo de los traidores, estos últimos, considerados los peores pecadores entre todos.

Purgatorio

En esta segunda parte, Dante y Virgilio atraviesan el Purgatorio, una montaña de cumbre plana y laderas escalonadas y redondas, simétricamente al Infierno. En cada escalón se redime un pecado, pero los que lo redimen están contentos porque poseen esperanza. Dante se va purificando de sus pecados en cada nivel porque un ángel en cada uno le va borrando una letra de una escritura que le han puesto encima. Allí encuentra a famosos poetas, entre ellos a Publio Papinio Estacio, autor de la Tebaida.
Tras llegar al final del Antepurgatorio, tras un valle florecido, los dos cruzan la puerta del Purgatorio, que custodia un ángel con una espada de fuego, que parece tener vida propia. Está precedido por tres jardines, el primero de mármol blanco, el segundo de una piedra oscura y el tercero y último de pórfido rojo. El ángel, sentado en el solio de diamante y apoyando los pies en el escalón rojo, marca siete "p" en la frente de Dante y abre la puerta con dos llaves, una de plata y otra de oro, que San Pedro le dio, y los dos poetas se adentran en el segundo reino.Esta parte comienza propiamente con la salida Infierno a través de la natural burella. Dante y Virgilio llegan así al hemisferio sur terrestre (que se creía por completo bajo las aguas), donde en medio de las aguas se halla la montaña del Purgatorio, creada con la tierra utilizada para crear el abismo del Infierno, cuando Lucifer fue expulsado del Paraíso tras rebelarse contra Dios. Tras salir del túnel llegan a una playa, donde encuentran a Catón el Joven, que se desempeña como guardián del Purgatorio. Teniendo que emprender el ascenso de la empinada montaña, que resulta imposible escalar, es tan empinada que Dante tiene que preguntar a algunas almas cuál es el pasaje más cercano; pertenecen al grupo de los negligentes, los muertos en estado de excomunión, que viven en el Ante-purgatorio. Un personaje notable de este lugar es Manfredo de Sicilia. Junto a los que por pereza tardaron en arrepentirse, los muertos violentamente y a los principios negligentes, de hecho, esperan el tiempo de purificación necesario para poder acceder al Purgatorio propiamente dicho. En la entrada del valle donde se encuentran los principios negligentes, Dante, siguiendo las indicaciones de Virgilio, pide indicaciones a un alma que resulta ser el guardián del valle, un compatriota de Virgilio, Sordello, que será su guía hasta la puerta del Purgatorio.
El Purgatorio se divide en siete cornisas, donde las almas expían sus pecados para purificarse antes de entrar al Paraíso. Al contrario del Infierno, donde los pecados se agravan a medida que se avanza en los círculos, en el Purgatorio la base de la montaña, es decir la cornisa I, alberga a quienes padecen las culpas más graves, mientras que en la cumbre, cerca del Edén, se encuentran los pecadores menos culpables. Las almas no son castigadas para siempre, ni por una sola culpa, como en el primer reino, pero expían una pena equivalente a los pecados durante la vida.
En la primera cornisa, Dante y Virgilio encuentran a los orgullosos, en la segunda a los envidiosos, en la tercera a los iracundos, en la cuarta a los perezosos, en la quinta a los avaros y a los pródigos. En esta encuentran el alma de Cecilio Estacio tras un terremoto y un canto Gloria in excelsis Deo. En vida este personaje fue en exceso pródigo. Tras años de expiación siente el deseo de guiarlos hasta la cumbre, a través de la sexta cornisa, donde expían sus culpas los golosos, que lucen delgadísimos, y la séptima, donde se encuentran los lujuriosos, envueltos en llamas. Dante recuerda que Estacio se convirtió gracias a Virgilio y a sus obras, en particular la Eneida y lasBucólicas, que le mostraron la importancia de la fe cristiana y el error de su vicio. En ese sentido, Virgilio lo iluminó permaneciendo él en la oscuridad. Virgilio fue un profeta sin saberlo, pues llevó a Estacio a la fe pero él, pudiendo tan solo entreverla, no pudo salvarse, y deberá habitar hasta la eternidad en el Limbo. En la séptima cornisa, los tres tienen que atravesar un muro de fuego, tras la cual hay una escalera, por la que se entra al Paraíso terrestre. Dante se muestra asustado y es confortado por Virgilio. Allí, donde vivieron Adán y Eva prima del pecado, Virgilio y Dante tienen que despedirse, porque el poeta latino no es digno de conducirlo en el Paraíso. Pero Beatriz sí.
Aquí Dante se encuentra con Santa Matilde, la personificación de la felicidad perfecta, precedente al pecado original, que le muestra los dos ríos, Lete, que hace olvidar los pecados, y Eunoe, que devuelve la memoria del bien realizado, y se ofrece a reunirlo con Beatriz, que pronto llegará. Beatriz le llama severamente la atención a Dante y después le propone verla sin el velo. El poeta, por su parte, busca a su maestro Virgilio, que ya no se encuentra con él. Tras beber las aguas del Lete y del Eunoe, que hacen olvidar las cosas malas y recordar las buenas, el poeta sigue a Beatriz hacia el tercer y último reino, el del Paraíso.

Paraíso

Libre de todo pecado, Dante puede ascender al Paraíso, lo que hace junto a Beatriz en condiciones que desafían las leyes físicas, encadenandomilagros, lo cual es más bien natural dado el lugar en el cual se desarrolla el poema. Dentro del recorrido será de hecho de gran importancia que el nombre de Beatriz signifique "dadora de felicidad" y "beatificadora", pues en esta sección de la Comedia ella releva a Virgilio en la función de guía. En efecto, a través de este personaje, el autor expresa en los treinta y tres cantos de la sección varios razonamientos teológicos y filosóficos de gran sutileza.
Sin embargo, el poeta expresa desde un principio la gran dificultad que significa transmitir el recorrido emocional y físico de trashumanar, es decir ir más allá de las condiciones de la vida terrena. Sin embargo, confía en el apoyo del Espíritu Santo (el buen Apolo) y en el hecho de que pese a sus falencias, su esfuerzo descriptivo será emulado y continuado por otros (canto I, 34). En la introducción del canto II, el autor reitera que para entender las alegorías de la obra es indispensable tener de antemano muy amplios conocimientos en las materias que se van a tratar (II, 1-15).
El Paraíso está compuesto por nueve círculos concéntricos, en cuyo centro se encuentra la tierra. En cada uno de estos cielos, en donde se encuentra cada uno de los planetas, se encuentran los beatos, más cercanos a Dios en función de su grado de beatitud. Pero las almas del Paraíso no están mejor unas que otras, y ninguna desea encontrarse en mejores condiciones que las que le corresponden, pues la caridad no permite desear más que lo que se tiene (II, 70-87). De hecho, a cada alma al nacer Dios le dio cierta cantidad de gracia según criterios insondables, en función de los cuales gozan aquellas de los diferentes grados de beatitud. Antes de llegar al primer cielo el poeta y Beatriz atraviesan la Esfera de fuego.

En el primer cielo, que es el de la Luna, se encuentran quienes no cumplieron con sus promesas (Angeli), como la madre de Federico IIConstanza I de Sicilia. En el segundo, el de Mercurio, residen quienes hicieron el bien para obtener gloria y fama, pero no dirigiéndose al bien divino (Arcangeli). En el tercero, de Venus, se encuentran las almas de los "espíritus amantes" (Principati). En el cuarto, del Sol, los "espíritus sabios" (Potestà). En el quinto, de Marte, los "espíritus militantes" de los combatientes por la fe (Virtù). En el sexto, de Júpiter, los "espíritus gobernantes justos" (Dominazioni).
En el séptimo cielo, de Saturno, de los "espíritus contemplativos" (Troni), Beatriz deja de sonreír, como lo había hecho hasta entonces. Desde ese punto en adelante su sonrisa desaparece, pues por la cercanía de Dios su luminosidad resultaría imposible de contemplar. En este último cielo residen los "espíritus contemplativos". Desde allí Beatriz eleva a Dante hasta el cielo del las estrellas fijas, donde no están más repartidos los beatos, sino las "almas triunfantes", que cantan en honor a Cristo y María, a quien Dante alcanza a ver. Desde ese cielo, además, el poeta observa el mundo debajo de sí, los siete planetas, sus movimientos, y la Tierra, muy pequeña e insignificante en comparación con la grandeza de Dios (Cherubini). Antes de continuar Dante debe sostener una especie de "examen" de Fe, Esperanza, Caridad, por parte de tres profesores particulares: San PedroSantiago y San Juan. Por lo tanto, después de un último vistazo al planeta, Dante y Beatriz ascendieron al cielo, el Primo Mobile o Cristallino, el cielo más externo, origen del movimiento y del tiempo universal (Serafini).

En este lugar, tras levantar la mirada, Dante ve un punto muy luminoso, rodeado por nueve círculos de fuego, girando alrededor de ella; el punto, explica Beatriz, es Dios, y a su alrededor se mueven los nueve coros angelicales, divididos por cantidad de virtud. Superado el último cielo, los dos ascienden a el Empíreo, donde se encuentra la "rosa de los beatos", una estructura en forma de anfiteatro, en el cual, sobre la grada más alta está la Virgen María. Aquí, en la inmensa multitud de los beatos, están los más grandes de los santos y las figuras más importantes de la Biblia, comoSan AgustínSan Benito de NursiaSan Francisco, y también EvaRaquelSara y Rebeca.
Desde aquí Dante observa finalmente la luz de Dios, gracias a la intervención de María a la cual San Bernardo (guía de Dante de la última parte del viaje) había pedido ayuda para que Dante pudiese ver a Dios y sostener la visión de lo divino, penetrándola con la mirada hasta que se une con él, y viendo así la perfecta unión de toda la realidad, la explicación de toda la grandeza. En el punto más central de esa gran luz Dante ve tres círculos, las tres personas de la Trinidad, el segundo del cual tiene imagen humana, signo de la naturaleza humana, y divina al mismo tiempo, de Cristo. Cuando trata de penetrar aún más el misterio su intelecto flaquea, pero en un excessus mentis3 su alma es tomada por la iluminación, la armonía que se da la visión de Dios, en el canto XXXIII (145), del amor que mueve el sol y las otras estrellas (L'amor che move el sole e l'altre stelle). Por la grandiosa luz del último cielo, Dante queda ofuscado, concluyendo así la Divina Comedia.

El barroco

El Renacimiento

Renacimiento

Renacimiento

Renacimiento es el nombre dado a un amplio movimiento cultural que se produjo en Europa Occidental en los siglos XV y XVI. Sus principales exponentes se hallan en el campo de las artes, aunque también se produjo una renovación en las ciencias, tanto naturales como humanas. Italia fue el lugar de nacimiento y desarrollo de este movimiento.
El Renacimiento fue fruto de la difusión de las ideas del humanismo, que determinaron una nueva concepción del hombre y del mundo. El nombre «renacimiento» se utilizó porque este movimiento retomaba ciertos elementos de la cultura clásica. El término se aplicó originariamente como una vuelta a los valores de la cultura grecolatina y a la contemplación libre de la naturaleza tras siglos de predominio de un tipo de mentalidad más rígida y dogmática establecida en la Europa de la Edad Media. Esta nueva etapa planteó una nueva forma de ver el mundo y al ser humano, con nuevos enfoques en los campos de las artes, la política y las ciencias, sustituyendo el teocentrismo medieval por cierto antropocentrismo.
En este sentido, el historiador y artista Giorgio Vasari (1511-1574) formuló una idea determinante: el nuevo nacimiento del arte antiguo (Rinascitá), que presuponía una marcada conciencia histórica individual, fenómeno completamente nuevo en la actitud espiritual del artista. De hecho, el Renacimiento rompió, conscientemente, con la tradición artística medieval, a la que calificó como un estilo de bárbaros, que más tarde recibirá el calificativo de Gótico. Sin embargo, los cambios tanto estéticos como en cuanto a la mentalidad fueron lentos y graduales. Sin embargo el concepto actual de renacimiento será formulado por primera vez en el siglo XIX por el historiador Jules Michelet.
Desde una perspectiva de la evolución artística general de Europa, el Renacimiento significó una «ruptura» con la unidad estilística que hasta ese momento había sido «supranacional». Sobre el significado del concepto de Renacimiento y sobre su cronología se ha discutido mucho; generalmente, con el término «humanismo» se indica el proceso innovador, inspirado en la Antigüedad clásica y en la consolidación de la importancia del hombre en la organización de las realidades histórica y natural que se aplicó en los siglos XV y XVI.
El Renacimiento no fue un fenómeno unitario desde los puntos de vista cronológico y geográfico. Su ámbito se limitó a la cultura europea y a los territorios americanos recién descubiertos, a los que las novedades renacentistas llegaron tardíamente. Su desarrollo coincidió con el inicio de la Edad Moderna, marcada por la consolidación de los Estados europeos, los viajes transoceánicos que pusieron en contacto a Europa y América, la descomposición del feudalismo, el ascenso de la burguesía y la afirmación del capitalismo. Sin embargo, muchos de estos fenómenos rebasan por su magnitud y mayor extensión en el tiempo el ámbito renacentista.
CARACTERISTICAS
De forma genérica se pueden establecer las características del Renacimiento en:
  • La vuelta a la Antigüedad. Resurgirán tanto las antiguas formas arquitectónicas, como el orden clásico, la utilización de motivos formales y plásticos antiguos, la incorporación de antiguas creencias, los temas de mitología, de historia, así como la adopción de antiguos elementos simbólicos. Con ello el objetivo no va a ser una copia servil, sino la penetración y el conocimiento de las leyes que sustentan el arte clásico.
  • Surgimiento de una nueva relación con la Naturaleza, que va unida a una concepción ideal y realista de la ciencia. La matemática se va a convertir en la principal ayuda de un arte que se preocupa incesantemente en fundamentar racionalmente su ideal de belleza. La aspiración de acceder a la verdad de la Naturaleza, como en la Antigüedad, no se orienta hacía el conocimiento de fenómeno casual, sino hacía la penetración de la idea.
  • El Renacimiento hace al hombre medida de todas las cosas. Presupone en el artista una formación científica, que le hace liberarse de actitudes medievales y elevarse al más alto rango social.
Los supuestos históricos que permitieron desarrollar el nuevo movimiento se remontan al siglo XIV cuando, con el Humanismo, progresa un ideal individualista de la cultura y un profundo interés por la literatura clásica, que acabaría dirigiendo la atención sobre los restos monumentales y las obras literarias y tratados clásicos.
Italia en ese momento está integrada por una serie de estados entre los que destacan Venecia, Florencia, Milán, los Estados Pontificios y Nápoles. La presión que se ejercía desde el exterior impidió que, como en otras naciones, se desarrollara la unión de los reinos o estados; sin embargo, sí se produjo el fortalecimiento de la conciencia cultural de los italianos.
Desde estos supuestos fueron las ciudades las que se convierten en centros de renovación artística, científica, y, en último término, de las costumbres e ideas de toda la sociedad.
En Florencia, el desarrollo de una rica burguesía ayudó al despliegue de las fuerzas del Renacimiento; la ciudad se convirtió en punto de partida del movimiento, y surgen, bajo la protección de los Médicis, las primeras obras de arte del nuevo estilo que desde aquí se va a extender al resto de Italia, primero, y después a toda Europa.

Contexto histórico y social en la Edad Media


Edad Media

 Edad Media

La Edad MediaMedievo o Medioevo es el período histórico de la civilización occidental comprendido entre el siglo V y el XV. Su comienzo se sitúa convencionalmente en el año 476 con la caída del Imperio romano de Occidente y su fin en 1492 con el descubrimiento de América, o en 1453 con la caída del Imperio bizantino, fecha que tiene la ventaja de coincidir con la invención de la imprenta (Biblia de Gutenberg) y con el fin de la Guerra de los Cien Años.
Actualmente los historiadores del periodo prefieren matizar esta ruptura entre Antigüedad y Edad Media de manera que entre los siglos III y VIII se suele hablar de Antigüedad Tardía, que habría sido una gran etapa de transición en todos los ámbitos: en lo económico, para la sustitución del modo de producción esclavista por el modo de producción feudal; en lo social, para la desaparición del concepto de ciudadanía romana y la definición de los estamentos medievales, en lo político para la descomposición de las estructuras centralizadas del Imperio romano que dio paso a una dispersión del poder; y en lo ideológico y cultural para la absorción y sustitución de la cultura clásica por las teocéntricas culturas cristiana o islámica(cada una en su espacio).
Suele dividirse en dos grandes períodos: Temprana o Alta Edad Media (siglo V a siglo X, sin una clara diferenciación con la Antigüedad Tardía); y Baja Edad Media (siglo XI a siglo XV), que a su vez puede dividirse en un periodo de plenitud, la Plena Edad Media (siglo XI al siglo XIII), y los dos últimos siglos que presenciaron la Crisis de la Edad Media o del siglo XIV.
Aunque hay algunos ejemplos de utilización previa, el concepto de Edad Media nació como la segunda edad de la división tradicional del tiempo histórico debida a Cristóbal Cellarius (Historia Medii Aevi a temporibus Constantini Magni ad Constaninopolim a Turcis captam deducta (Jena1688),quien la consideraba un tiempo intermedio, sin apenas valor por sí mismo, entre la Edad Antigua identificada con el arte y la cultura de la civilización grecorromana de la Antigüedad clásica y la renovación cultural de la Edad Moderna -en la que él se sitúa- que comienza con el Renacimiento y el Humanismo. La popularización de este esquema ha perpetuado un preconcepto erróneo: el de considerar a la Edad Media como una época oscura, sumida en el retroceso intelectual y cultural, y un aletargamiento social y económico secular (que a su vez se asocia con el feudalismo en sus rasgos más oscurantistas, tal como se definió por los revolucionarios que combatieron el Antiguo Régimen). Sería un periodo dominado por el aislamiento, la ignorancia, la teocracia, la superstición y el miedo milenaristaalimentado por la inseguridad endémica, la violencia y la brutalidad de guerras e invasiones constantes y epidemias apocalípticas.
Contexto historico Edad Media Literaria
Siglo XII
En la Edad Media comienza la Literatura Española con obras de carácter lírico: las jarchas, procedentes de la cultura árabe y de su Literatura. Estoocurría hasta el siglo XI. Después comienza, con influencias germánicas y francesas, la Literatura Épica: los Cantares de Gesta y los Romances.
Los Cantares de Gesta son obras narrativas en verso enque se cantan las hazañas de una persona o de un grupo colectivo de personas (un pueblo, una raza). Son obras que se basan en hechos históricos y tienen intención didáctica (enseñan unos hechos, losllevan al conocimiento del pueblo) y se transmitían oralmente. Estos Cantares eran recitados o cantados por juglares, y por esto el conjunto de autores dedicados a transmitir estas formas literarias sedenominaba oficio o Mester de Juglaría. En el siglo XII Cantar de Gesta más conocido es el Poema de Mío Cid.